Las cooperativas de consumo eléctricas se definen como un tipo de cooperativa formada por consumidores y usuarios de energía eléctrica, que se unen para acceder a este recurso, adquiriendo conjuntamente la energía, o produciéndola a través de la cooperativa. Las cooperativas eléctricas cuentan con una tradición histórica relevante que se remonta a la década de 1920, cuando nacieron ante la necesidad de electrificación de pueblos y zonas rurales, y, desde sus orígenes, permiten a hogares y pequeñas empresas industriales abastecerse de energía eléctrica. En los últimos años el interés de estas cooperativas se ha centrado, además, en promover las energías renovables, en línea con los objetivos de la Unión Europea. En este sentido, la UE está promoviendo la creación de comunidades energéticas, con el fin de contribuir a facilitar soluciones para que los ciudadanos puedan utilizar un sistema energético más sostenible, eficiente, descentralizado, y de proximidad. El panorama actual de interés en la creación de comunidades energéticas por la Unión Europea ha planteado muchas incertidumbres en las cooperativas de consumo eléctricas, principalmente relacionadas con su condición o adaptación a la nueva figura energética diseñada por la UE. En base a la normativa comunitaria, las cooperativas de consumo eléctricas tienen encaje como forma jurídica, porque comparten las mismas características que recoge la normativa, y es por ello por lo que las cooperativas eléctricas están apostando para ser reconocidas como una de las fórmulas jurídicas de las comunidades energéticas, a pesar de que actualmente no existe a nivel legislativo nacional un reconocimiento como tal. Con esta situación, desde Hispacoop se ha creado esta guía, con el objetivo de mostrar cómo las cooperativas de consumo eléctricas pueden adaptarse para poder crear comunidades energéticas en su entorno local, y los pasos a seguir para realizar dicha transformación